miércoles, 10 de octubre de 2007

El valor de las cosas fugaces

Después de un par de semanas de machacarme la cabeza tratando de desentrañar enigmas inexistentes, sólo conseguí un dolor enorme en el cuello que me hizo caminar como robocop por dos días, y la pérdida del sentido de lo sencillo y lo fugaz. Lamentablemente fueron días en que viví con antiguas nieblas de mi corazón. Afortunadamente hoy algo me hizo recordar la belleza de las cosas pasajeras, el valor de la pasión en la vida. Y entonces, al volver al apartamento, el reencuentro con la vida me hizo sacar cajas olvidadas en el closet y buscar en una vieja agenda este poema que me dedicó una vieja amiga. Le tengo cariño porque fue dedicado en un momento especial, hace 11 años, cuando también el sentido de la vida andaba perdido entre las sombras que tuve que saborear en mi primera juventud.

Un momento de amor vale una vida,
vanos son los fantasmas del futuro.
Si el momento presente está seguro
nada hay que la ventura nos impida.

Como todo, el amor pasa y se olvida.
¿Para qué el ansia y el temor oscuro
si el momento presente está seguro
y la ventana azul está florida?

Cenizas, soledad, carbón impuro
sólo deja la hoguera enrojecida.
Nos hemos de olvidar en el futuro

mas hoy la reja azul está florida
y el momento presente está seguro.
¡Un momento de amor vale una vida!

Rondel. Aurelio Martínez Mutis.

1 comentario:

annabel dijo...

Preciosa sin duda y certera
Tenemos el Ahora, y ya está pasando
A mi también me cuesta entender, por eso me dedico casi a tatuármelo en la piel, ahora, ahora, ahora

;)