jueves, 18 de septiembre de 2014

En paz




Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo vida,
porque nunca me diste ni esperanza fallida,
ni trabajos injustos, ni pena inmerecida;

porque veo al final de mi rudo camino
que yo fui el arquitecto de mi propio destino;

que si extraje las mieles o la hiel de las cosas
fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas:
cuando planté rosales: coseché siempre rosas.

... Cierto a mis lozanías va a seguir el invierno:
!mas tú no me dijiste que mayo fuese eterno!

Hallé sin duda largas las noches de mis penas;
mas no me prometiste tan sólo noches buenas;
y en cambio tuve algunas santamente serenas...

Amé, fui amado, el sol acarició mi faz.

!vida, nada me debes! !vida, estamos en paz!

                                                            Amado Nervo

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